Presidencia de nueve años en el INE
Para
Contar
Arturo
Zárate Vite
Si
los astros se alinean a su favor, Bertha Alcalde Luján, hermana de Luisa María,
secretaria del Trabajo, y ambas hijas de la veterana luchadora de izquierda
Bertha Luján, será presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) por nueve
años. Es el tiempo que establece la ley.
El
periodo es largo, de los más largos, sin reelección, que pueda tener un
organismo autónomo. La presidencia del INAI dura tres años y derecho de
reelección por una vez; CNDH tiene presidencia de cinco años y una vez
reelección; la UNAM tiene rector de cuatro años y también con derecho a
reelección; Banxico tiene gobernadora por seis años y puede sumar otros seis,
siempre y cuando no haya rebasado los 65 años edad.
Por
lo que se refiere a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el
presidente de la República tiene periodo de seis años, sin derecho a
reelegirse. En la Cámara de Diputados la presidencia es rotatoria. En el Senado
la presidencia es acaparada por el grupo parlamentario mayoritario.
En
el INE Lorenzo Córdova cumplirá en abril sus nueve años, más tres años que ya
tenía como consejero electoral del IFE. José Woldenberg fue dos años consejero
ciudadano y después siete años presidente del IFE; en el 2000 le tocó vivir la
alternancia, el arribo al poder de un partido distinto al tricolor.
Dentro
de los planes iniciales para modificar leyes electorales se consideró la
posibilidad de reducir el periodo de nueve años para la presidencia del INE e
incluso de rotar la presidencia. Una de las voces que se escuchó en ese sentido
fue la del diputado Sergio Gutiérrez Luna, de Morena. Cuando finalmente se armó
la iniciativa o proyecto del Ejecutivo en la materia, ya no se incluyó dicho
punto en la propuesta ni tampoco insistió el legislador.
Se
quedó en nueve años, así que si llega Bertha Alcalde Lujan, es el periodo que
deberá de cumplir. Es la favorita para
alcanzar el puesto, la primera mujer en la historia del instituto, nada más que
todavía no lo puede dar por hecho, porque falta la integración de quinteta, de
la que seguramente formará parte, y el voto de los diputados para elegirla.
Se
requiere, sea presidenta o presidente, el voto de las dos terceras partes de
los diputados asistentes al salón plenario, en el momento en que se lleve a
cabo la elección.
No
va ser sencillo lograr el consenso, cada uno de los grupos parlamentarios
tendrá su favorito o favorita. Todo indica que se llegará al punto de la
insaculación o sorteo, para elegirlo o elegirla, al azar, como lo señala la ley
cuando los diputados no se ponen de acuerdo.
A
Morena le gusta llamarle tómbola y prácticamente da por hecho que por este
método de la suerte se va a resolver quien deberá de relevar al consejero
Lorenzo Córdova.
En
ese escenario, para nadie estaría amarrada la presidencia del instituto. Cada
integrante de la quinteta tendría un 20 por ciento de posibilidades de ganarla.
Tiene
razón el diputado Leonel Godoy, vicecoordinador de la bancada morenista. Bajo
esas condiciones, Bertha Alcalde no puede cantar victoria. Depende de su
suerte, como los demás competidores y competidoras. Se supone que cualquiera de
los integrantes de la quinteta cumpliría con el perfil que se requiere para
presidente o presidenta del Instituto Nacional Electoral.
Sea
quien sea el afortunado o afortunada, estaría nueve años al frente del INE.
@zarateaz1
arturozarate.com
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