ESTANCADAS LAS POLÍTICAS A FAVOR DE LA MUJER EN LA 4T
DE NORTE A SUR
Abigail A. Correa Cisneros
En el marco
del Día Internacional de la Mujer el gobierno federal sostiene que no está en
contra del movimiento feminista. El presidente Andrés Manuel López Obrador
destacó en un mensaje que en su gestión la mujer tiene un papel importante. Por
ejemplo, los programas sociales en favor de este grupo de la población, como
que “de los 22.24 millones de los beneficiarios de los programas de bienestar,
más de la mitad son mujeres”.
Además de la
participación de mujeres en la política, que cada vez en más notoria y apoyada
en el gobierno de AMLO, según destaca en sus discursos. Desde hace tres años,
con el “Acuerdo por la igualdad”, este gobierno se comprometió a priorizar a
las mujeres adolescentes y niñas de México.
Pero los
casos de feminicidios no cesan. Los casos de violencia no paran en los ámbitos
sexual, psicológicos, físicos y económicos. Todo queda en una promesa sin
acciones concretas.
La pobreza
sigue siendo uno de los problemas más destacados, según datos del Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre
2018 y 2020 el número de mujeres que experimentan pobreza aumentó de 27.1 a
29.1 millones, lo que representa un incremento del 42.6 al 44.4 por ciento a
nivel nacional. Esto quiere decir que hasta el 2021, 44.4 por ciento de las
mujeres en el país vivían en esta situación.
Los datos
del Coneval muestran que hay 2.5 millones más mujeres que hombres viviendo en
la pobreza y es debido a “la discriminación que viven ellas por el hecho de ser
mujeres (lo que) hace que tengan menos herramientas para salir de esta
situación”. Esto podría cambiar si hubiera una estrategia integral orientada a
mejorar el acceso a la educación y a la planificación familiar, un salario
justo y equitativo y la ampliación de transferencias sociales.
En la 4T se
siguen perpetuando los muros que impiden el crecimiento de las mujeres. La
falta de mejores condiciones laborales limita su independencia económica y por
lo tanto frena el potencial del país.
El año
pasado se realizó un estudio por el Instituto Mexicano para la Competitividad
(IMCO), que calificó con 43 de 100 puntos la evaluación de 18 indicadores que
miden las condiciones laborales para las mujeres, entre los que se encuentran:
ingresos, participación de mujeres en puestos de liderazgo y políticas de
flexibilidad que sean compatibles con sus necesidades.
Al hablar de
violencia familiar, las cifras presentan un aumento preocupante: en 2019 se
registraron 210 mil 188 denuncias por este delito, para 2020 se acrecentó a 220
mil 031 y en 2021 hubo un total de 253 mil 736 casos. En el 2022 se
contabilizaron 83 mil 030 víctimas. Durante la pandemia de Covid-19 la
violencia contra la mujer alcanzó cifras alarmantes.
El
Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) instó urgentemente al gobierno
de México a revisar las políticas de prevención, atención y sanción para
atender la violencia contra las mujeres y niñas. En lo que va de esta
administración han sido asesinadas 17 mil 138 mujeres.
En cuanto a
desapariciones desde hace dos años se ha denunciado más de dos mil mujeres
anualmente. En 2021 hubo 2729 casos, de acuerdo con el Diagnóstico de mujeres
desaparecidas realizado por el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y
Democracia (IMDHD).
Este año se
destinaron poco más de 348 mil millones de pesos para fomentar la igualdad
entre mujeres y hombres. Más de la mitad de ese presupuesto va al programa de
pensiones para adultos mayores. El resto del dinero se reparte entre programas
de fertilizantes, agricultura y energía, dejando con recursos insuficientes a
refugios y programas de prevención y atención de las violencias machistas.
En cuanto a
la brecha laboral se sigue viendo que poco se ha hecho para disminuirla. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que este problema se
percibe más en países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no
pueden encontrar un empleo alcanza 24.9 por ciento. La Oxfam destacó que
“México es el segundo peor país de Latinoamérica en cuanto a inserción laboral
de las mujeres. La razón principal es el reducido acceso a trabajos formales
porque las mujeres se ven orilladas a perseguir un horario flexible que les
permita además cumplir con la jornada de cuidados dentro del hogar”.
Asimismo, en
el tema de la salud, sólo 44 de cada 100 mexicanas están afiliadas a alguna
institución –según cifras del Inegi–, por lo que el resto ve mermada su
atención e incluso debe cubrir por cuenta propia los gastos que supone el
acceso a servicios de salud.
Aunque
recientemente se aprobaron la Ley Monzón, Ley Ácida, Ley Camila, Ley Vicaria,
Ley Ingrid y Ley Sabina, queda bastante por mejorar la situación de la mujer
mexicana.
DESDE EL
CENTRO
La
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural destacó que cada vez son más las
mujeres que se ocupan en la pesca y la acuacultura, dejando de lado
estereotipos y reglas sociales que mantenían a este sector alejado de dichas
actividades. También destaca que las mujeres participan cada vez más en actividades
de buceo con pescadores y en embarcaciones ribereñas, desempeñan puestos
administrativos al interior de cooperativas, fungen como responsables de
calidad al interior de empresas de procesamiento, emprenden negocios propios y
hacen uso de las nuevas tecnologías -redes sociales- para la venta de sus
productos marinos.
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