UNANIMIDAD FICTICIA EN SAN LÁZARO
PARA CONTAR
POR ARTURO ZÁRATE VITE
A veces lo que se ve, no
corresponde a la realidad. Las apariencias engañan, sobre todo en política.
La Cámara de Diputados no es
la excepción.
Cualquiera diría, al observar
la escena por el Canal del Congreso o de manera presencial en el recinto de San
Lázaro, que los diputados y diputadas en el salón plenario, de todos los
partidos, estaban felices.
No es cierto.
Muchos habían apretado el
botón de voto a favor de la reforma constitucional, para aprobar la
modificación a los artículos 55 y 91 de nuestra ley suprema, por conveniencia,
porque en política no se puede o no se debe ir contra la corriente, sobre todo
en tiempos electorales.
Por eso legisladores y
legisladoras de todos los partidos aprobaron bajar la edad, de 21 a 18 años,
para que los jóvenes tengan derecho a competir y, de ganar las elecciones,
lograr un lugar en el recinto de San Lázaro.
En estos tiempos hubiera sido
error votar en contra de esa reforma, porque entonces los jóvenes se la
cobrarían al partido que lo hiciera.
Lo recomendable era votar a
favor en el salón plenario de la Cámara de Diputados, para ganarse la simpatía
de los jóvenes al ampliar sus derechos políticos, al darles la posibilidad de
ser diputados a partir de los 18 años.
La falta de experiencia,
madurez y conocimientos de lo que es el poder legislativo, no importa. Habrá
quizás casos excepcionales, jóvenes maravillas, genios, sensibles y
responsables, que cumplirán con la responsabilidad que significa desempeñarse
como diputado.
Hasta ahora, no hay registro
de que un joven de 21 años, a partir de que se estableció esta edad para ser
diputado, haya brillado y acaparado la atención por su inteligencia y servicios
al país.
Por eso decimos que las
apariencias engañan, porque la mayoría de los diputados y diputadas que votaron
por dicha reforma constitucional, no estaban convencidos de que fuera lo mejor
para enriquecer el trabajo legislativo, pero no les quedaba otra con los
tiempos electorales encima. Sus comentarios en corto, entre ellos, era de
reprobación.
Los jóvenes, si van a votar en
las próximas elecciones, pueden marcar la diferencia en Coahuila y en el estado
de México en este 2023 e igual puede suceder en la competencia por la
presidencia en 2024.
No fue la única modificación
que aprobaron diputados y diputadas de todos los partidos para beneficiar a
jóvenes interesados en formar parte del poder. También le bajaron a la edad
para ser secretario o secretaria de despacho, integrante del gabinete, de 30 a
25 años.
Aquí igual, motivados por el
mismo argumento, conquistar simpatía de jóvenes en tiempos electorales. Se
aprobó por unanimidad, por unanimidad ficticia. Muchos estaban en desacuerdo.
Y en este punto, el disgusto
no solo fue porque podría llegar gente con menos experiencia y limitada
capacidad al gabinete, sino al descubrirse que la reforma tenía dedicatoria.
Según la hipotética versión,
uno o una de las actuales integrantes de la cámara, que todavía no llega a los
30 años de edad, pero ya rebasa los 25, podría tomarse en cuenta para
incorporarse al gabinete, en el actual o en el siguiente.
No son muchas ni muchos los
que oscilan entre los 25 y 30 años.
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