DISMINUIR LOS CASOS DE DENGUE REQUIERE
MAYOR PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD
· En ocasión del día internacional contra esta
enfermedad, Sofía del Carmen Sánchez Piña considera apremiante, entre otras
acciones, retomar la prevención
· Se notificaron siete mil 295 casos confirmados en
la semana 30 de 2023; la mayoría en Quintana Roo, Veracruz, Yucatán y Puebla
La presencia de casos de dengue
en México está condicionada por las situaciones sociales y económicas que han
cambiado: crecimiento de zonas urbanas y costeras; desarrollo de puertos
industriales; consecuente aumento de los grupos poblacionales en zonas
propicias de desarrollo del vector; e incremento de artículos manufacturados,
en su mayoría desechables, como botellas, frascos, llantas, latas, etcétera,
objetos donde hay reproducción del mosquito.
La académica de la Facultad de
Enfermería y Obstetricia de la UNAM, Sofía del Carmen Sánchez Piña, explica lo
anterior y precisa que en tres décadas la producción de botellas desechables
creció 4.4 veces y 6.2 la de llantas, por lo que se considera que la enfermedad
se ha agravado por la ausencia de un mayor número de políticas ambientales.
Sin embargo, la magnitud del
problema de la enfermedad es tan importante que cuenta con notificación
epidemiológica para su vigilancia y control, subraya la universitaria.
En México existe un reporte
semanal del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. En la semana 30 de
2023 se notificaron siete mil 295 casos confirmados que, en comparación con los
registrados en la misma semana de 2022 (dos mil 518), tuvo un incremento de 183
por ciento. El 73 por ciento de estos corresponde a estados como Quintana Roo,
Veracruz, Yucatán y Puebla, advierte.
Ante el incremento de casos,
indica la experta, se vuelve apremiante retomar acciones de prevención, así
como capacitación y actualización del personal de salud, en manejo de datos
clínicos, pruebas de laboratorio y notificación.
“También debe promoverse la
participación de la comunidad como estrategia de control en las localidades de
riesgo, y en la realización de campañas de limpieza y descacharrización de las
viviendas. Actualmente se cuenta con una guía para la participación comunitaria
para la prevención y control del dengue, por parte de la Secretaría de Salud,
de fácil acceso a la población”, recuerda.
A propósito del Día
Internacional contra el Dengue, que se conmemora el 26 de agosto, la
Organización Mundial de la Salud informó que cerca de la mitad de la población
del planeta enfrenta el riesgo de contraer dengue; se calcula que cada año se
producen de 100 millones a 400 millones de infecciones.
En 2023, según el organismo, el
continente americano ha experimentado aumento significativo en los casos. Hasta
el momento se han notificado más de tres millones de nuevas infecciones, lo que
supera las cifras de 2019, el año con la incidencia más alta registrada en la
región; no obstante, 2.6 millones de sucesos se cuantifican en la región del
Cono Sur, en Brasil, que representa 80 por ciento del total.
Sánchez Piña define que se trata
de una enfermedad con evolución clínica que puede manifestarse desde un
malestar general hasta cuadro grave, como el dengue hemorrágico. Es causado por
un virus que tiene cuatro serotipos. La infección por cualquiera de estos deja
inmunidad de por vida.
Se trasmite por la picadura de
la hembra del mosquito Aedes aegypti; produce infecciones que, en
su mayoría, son asintomáticas o subclínicas, pero en algunos casos pueden ser
graves.
Tiene tres fases, refiere:
febril, de tres a siete días; crítica, otros tres a siete, en la que se pueden
presentar petequias (manchas de color rojo) en cara y equimosis (mancha lívida,
negruzca o amarillenta de la piel) en las extremidades, así como escape de
plasma; y fase de recuperación, con duración de 24 a 48 horas posteriores al
periodo crítico.
Conocido coloquialmente en
algunas poblaciones del sur del país como “trancazo”, “quebradora” o
“quebrantahuesos”, el cuadro clínico del dengue frecuentemente es confundido
con otras infecciones virales. Para detectarlo se requiere una prueba de
laboratorio, por lo que en diversos sectores sociales consideran que el cuadro
clásico del padecimiento es automedicable, no amerita atención médica y puede
manejarse en casa; por ello en nuestro país hay subregistro del padecimiento,
señala Sánchez Piña.
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