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 EXPEDIENTES

LOS VERICUETOS DE LA LECTOESCRITURA

Abel Luna Espinosa

Pon dondequiera que vamos encontramos con personas que no recuerdan algún dato importante -por ejemplo, su cita con el médico- o cometen grandes disparates al dirigirse hacia un público amplio, como ocurre reiteradamente en los medios electrónicos, y lo peor que esto lo toman como el gran chiste del día.

Estos detalles nos llevan a la falta de interés personal por prepararse, y esto va más allá de las aulas, de los títulos universitarios o de los diplomados o actualizaciones en las profesiones.

Seguramente usted, como maestro, alumno o directivo de alguna escuela habrá visto personas que se llevan la vida de otra forma, con otras expectativas, muy por encima de esos cursos motivacionales maravillosos de "recetas para el liderazgo y el éxito empresarial en la vida".

Esas personas, sin la menor duda tienen una clave, y no está en esas recetas secretas. Leen, leen y leen diariamente, pueden ser novelas, narraciones, cuentos, lo que sea; y es que de esa manera agilizar su mente y alejan cualquier posibilidad de olvidos.

Hay un secretario del actual gobierno que regularmente lleva una libreta o un cuadernillo en donde va escribiendo sus ideas, sus experiencias y cuando llega a su oficina pide a su secretaria transcriba esos apuntes.

La lectura, a solas, en voz alta, en grupo, en familia, o esos cuentos que nos contaban de niños, forman parte de esa veta inacabable que, por añadidura, nos motiva la imaginación y nos lleva por caminos insospechados.

Los libros desafortunadamente han sido sujetos a interés de editoriales que sólo buscan las ventas, y, sin temor a la duda, usted habrá visto la invasión de esas publicaciones extranjeras provenientes de países orientales que tanto atraen a los adolescentes.

En México tenemos grandes riquezas en autores y libros, en editoriales y géneros literarios. Me parece debería darse la materia de lectura como obligatoria en escuelas públicas y privadas porque no es lo mismo ojear que hojear, leer que "ler".

La lectura y su consiguiente escritura distinguen a quienes se han esmerado por prepararse, porque también encontramos personas que sólo presumen de grandes lectores llenando sus hogares de libros, pero siendo prácticos no han leído siquiera la mitad de ese acervo bibliográfico.

Viene a la mente un anécdota que me relataba un antiguo amigo de la Cámara de Diputados, del Comité Editorial, a quien le exigían los legisladores sus dotaciones de libros; pero, me decía, al finalizar la Legislatura con los cambios de oficinas se encontraban en los libreros paquetes todavía con el celofán de la envoltura.

Quien sabe leer adecuadamente tiene escritura adecuada y sabe expresarse por el acrecentamiento de sus conocimientos derivados en léxico y vocabularios abundantes, y ello va mucho más allá de haber tenido o no clases de idiomas extranjeros.

¿Y usted cuántos libros ha leído hasta este momento?¿se reúne con amigos, con hijos o nietos para "contar cuentos"? ¿lee en solitario? en cualquier caso de estos seguramente habrá explorado nuevos mundos, nuevas vivencias que prevalecen de los autores aún después de muerte.

Si usted tiene cierta edad recordará que en nuestros años mozos se nos pedía la compra de periódicos para agilizar nuestra información, y sobre todo ir viendo la claridad de la ortografía. Ahora eso es muy relativo porque ¿quienes de ustedes no han visto trabajos de sus estudiantes en los cuales ni ellos mismos entienden lo que quisieron expresar en sus textos?

Aunque también hay miles de estudiantes, ¿o diré millones?, que plagian tranquilamente del internet sus tareas escolares. Hay quienes todavía recuerdan el caso de un expresidente de la República que plagió su tesis profesional de un trabajo que ya se había publicado o de otro más que recomendaba no leer los periódicos para no preocuparse de la vida.

Porque también hay aspirantes al grado de licenciatura que con grandes dificultades pueden expresarse por escrito, con soltura, con claridad y respetando las normas elementales de la gramática.

La lectura hermanada con las matemáticas son los pilares de los conocimientos básicos, de las salidas hacia el progreso individual y social.

Hoy, que estoy muy memorioso, recuerdo también el cuadro colgado en la entrada de la oficina de la directora de en una escuela particular: "la calidad de nuestra enseñanza es la imagen de nuestros egresados".

aluna55ster@gmail.com