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miércoles, 10 de abril de 2024

 



Varón, comparsa de la presidencial


Para Contar


Arturo Zárate Vite


El papel de comparsa por muchos años lo hicieron las mujeres que compitieron por la presidencia de la República. Nadie les daba posibilidades de ganar, ni siquiera a Josefina Vázquez Mota quien participó cuando su partido Acción Nacional estaba en el poder.


Su actuación siempre fue secundaria, algunas veces señaladas de que eran utilizadas para restarle votos a uno de los contendientes o para dar la imagen de apertura hacia las mujeres.


Hoy es distinto, la comparsa es varón, las protagonistas son Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Entre ellas está la próxima presidenta de México. Representan a las principales fuerzas políticas del país, aunque dichas organizaciones, en menor o mayor grado, traen desgaste de su pasado, convertido en lastre para sus aspiraciones.


El hombre no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección presidencial. Muy lejos de ser el mejor candidato de su partido. Entró de emergente, no estaba en los “grandes” planes de Movimiento Ciudadano.


Los nombres de Marcelo Ebrard, Luis Donaldo Colosio, Enrique Alfaro y Samuel García se quedaron en el camino.


Marcelo coqueteó y animó esa opción como estrategia personal, aunque de antemano era sabido que en su ánimo tenía más peso su relación y amistad con el presidente Andrés Manuel López Obrador, así que por ningún motivo lo iba a traicionar o cambiar de camiseta.


Luis Donaldo Colosio Riojas se convenció de que no era su momento, de que le falta experiencia. En la primera oportunidad declinó y se apuntó para el 2030. No creyó que su apellido era suficiente para convertirse en candidato a la presidencia.


El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro también se desmarcó. Prefirió quedarse a terminar su periodo y ayudar a que su partido conserve el poder en su estado, uno de los dos bastiones con que cuenta MC.


Ante los descartes, levantó la mano el gobernador de Nuevo León Samuel García, quien al principio se replegó. Cuando decidió participar, los adversarios en su estado ya le tenían la trampa para investigar su administración a través del mandatario sustituto. Resolvió de inmediato que lo mejor era no dejar el cargo y dio marcha atrás a la solicitud de licencia.


De esa manera se le acabaron las cartas al dirigente nacional Dante Delgado. Pensó en que él podía ser candidato. Presumió que sus encuestas lo ubicaban entre los primeros lugares. Encuestas que nunca dio a conocer y mucho menos dio el nombre de la empresa que las hizo.


No le quedó más remedio que improvisar. Sus cacareos de que tendría el mejor programa de gobierno y el mejor candidato se esfumaron como el humo del cigarro, en el aire.


Ni plan de gobierno maravilloso ni candidato exitoso. Nominó al diputado Jorge Álvarez Máynez. 


Su principal cargo en el servicio público ha sido el de legislador federal.

Fue coordinador del grupo parlamentario. Demostró poca pericia para lograr que a su partido se le respetara el lugar al que tenía derecho en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.


En vez de concentrarse y plantear propuestas sobre los principales problemas del país, la campaña se ha distorsionado por su “destape” en un brindis cervecero con su compadre Samuel García, por la asistencia a estadios deportivos, spots con gritos de “goool”, anuncios de sorpresas que nunca llegan y comentarios fuera de lugar, oportunistas y sin soporte.


Twitter y Tik Tok: @zarateaz1


FOTO: WILSON CENTER




domingo, 7 de abril de 2024



 


SABER PERDER, ES LA MADRE DE TODAS LAS 

VICTORIAS: GILBERTO SOLANO ARREAGA



Por Edmundo Cázarez C.

-Segunda de tres partes-

Foto: Adrián Ponce



Caminar por el borde de la alta montaña, en la comunidad de Xalpatláhuac, cabecera del municipio de Tlapa, Guerrero, a lo mero macho, resulta un fabuloso atractivo y hasta pavoroso a la vez, es decir, sentir la adrenalina que corre por todo el cuerpo, un mal paso y vas a dar al fondo del precipicio, a poco más de dos mil metros de altura. Paisajes impresionantes y únicos. Era contemplar, al mismo tiempo, tanto la majestuosidad de la naturaleza, así como imaginar la destreza que tuvo el hombre para construir esos caminos de terracería, soportando temperaturas infernales de 45 grados a la sombra.


Acompañados de dos extraordinarios anfitriones, la destacada periodista y comunicadora Isabel Ortega, directora general de Suriana Radio XHSCDO – 107.FM y CEPROVYSA. COM, con sede en Tlapa, Guerrero; así como del dinámico y buen amigo licenciado Honorio Cantú, explorar la alta montaña de Guerrero, considerada la zona más pobre y abandonada del país, sin lugar a dudas, ha sido una experiencia fuera de serie e inolvidable en toda mi trayectoria de reportero. Palpar de cerca las paupérrimas condiciones en las que sobrevive esa gente, totalmente abandonados por autoridades estatales y federales … ¡sobreviven de milagro!!, ello se debe, sin temor a equivocarme, a la titánica labor que lleva a cuestas el primer presidente municipal de extracción indígena Gilberto Solano Arreaga, quien hace hasta lo imposible por ofrecerles, a los tlapanecos, mejores condiciones de vida.


Este reportero y su nieto, quedamos totalmente sorprendidos y pasmados, por una parte, observar ese fantástico y majestuoso panorama que ofrece la naturaleza, pero por el otro, no dábamos crédito cómo le ha hecho esa gente humilde para poder sobrevivir ante carencias elementales de agua, alimentos, educación, salud y fuentes de empleo. Calles construidas sobre las faldas de la montaña, pequeños comercios que abastecen artículos de primera necesidad y de la canasta básica. Una población aferrada que demuestra sus ganas de seguir avanzando poco a poco.


A lo Mero Macho, un México de tantos contrastes que, seguramente, el falso “Mesías” que se siente rey viviendo en Palacio Nacional, ni tan siquiera se inmuta por todo lo que le pasa a esta pobre gente que pide auxilio a gritos, a través de Gilberto Solano, un hombre que emergió de su misma comunidad con esa fuerza y deseo de luchar por ellos. ¡Carajo!!, hasta logró convencer a directivos de Fundación Televisa para que, en Tlapa, se construyera un centro CRIT – Teletón, que hoy en día, brinda atención gratuita a miles y miles de niños, no solamente de Tlapa Guerrero, sino de varios estados vecinos.


En esta segunda parte de la amena e interesante conversación con EL UNIVERSAL, el licenciado en Derecho por la Universidad de Guerrero, Gilberto Solano, primer presidente municipal de extracción indígena, sostiene que la pobreza en el ser humano, termina cuando desaparecen sus sentimientos y que saber perder, es la madre de todas las victorias.


Afuera de su humilde casa, ubicada también en las faldas de la montaña y cuando los rayos del sol anuncian la llegada de un nuevo día, comienza un interminable desfile de diversas personas en condición de calle, en busca de un pedazo de pan o algo que el presidente municipal les pueda proporcionar para llevar a sus familias. Observar estas desgarradoras escenas, inevitablemente, se me pone la piel toda chinita, se me hace un nudo en la garganta y los ojos se llenan de lágrima. Con un rostro de alegría, hombres, mujeres y personas de la tercera edad, al recibir un poco de alimento, expresaban a los cuatro vientos “Dios te bendiga Gilberto”.


Antes de iniciar la conversación, le cuestiono al licenciado Gilberto Solano ¿Cómo le hace para ayudar a tanta y tanta gente?, con humildad, me dice: “Don Edmundo, Dios nos provee para ayudar con poquito a toda esta gente. Gracias al apoyo de algunos empresarios, comerciantes y locatarios del mercado municipal, quienes nos apoyan con víveres. Pero nada es gratis, a esa gente les pedimos que nos ayuden a barrer y conservar limpio nuestro municipio. Ellos mismos se han encargado de vigilar cuando ven algo que afecte el orden y la paz de Tlapa”.

-¿Cómo era Tlapa en su etapa infantil?

-Casi no había casas, en esta casa en la que estamos ahorita, era una de las primeras que se había construido con materiales y pertenecía a mi tío Erasmo Mateos, todas las demás, eran de adobe y madera…

-¿Qué tenía de especial don Erasmo que logró construir con materiales? ¿Era de los ricos?

-¡Para nada!!, don Erasmo Mateos, mi tío abuelo, fue galardonado por 50 años de servicio dentro del magisterio. En esta misma casa, vivieron mi papá y todos mis demás tíos. Era un hombre muy querido en Tlapa, tan es así, que se registró para ser presidente municipal por el Partido Social de los Trabajadores. Me cuentan que su hijo le decía: “Papá, la estás regando, ¿para qué diablos te inscribes para ser candidato a presidente municipal?... ¡No jefe, no la riegues tan gacho!!  Ese partido es muy chiquito y nunca vas a ganar…”

-¿…Y cuál fue la respuesta de don Erasmo?

-Le decía: “Hijo, agradece que tuve el valor de inscribirme y la decisión de intentar ser candidato. No ganaré, pero algún día, no sé cuándo ni cómo, pero un hijo de la alta montaña llegará a ser presidente de Tlapa”

-¿Quién le contó esta increíble historia?

-Un hijo de don Erasmo que actualmente vive en Puebla, tuvo la oportunidad de venir a Tlapa y quiso compartir conmigo esa anécdota que su papá le había contado. Todo emocionado me decía: “Gilberto, te aseguro que, si mi papá viviera, estaría muy orgulloso que un Me´phal, de su pueblo, esté convertido en el primer presidente municipal indígena del país y que la gente lo adora por ser tan humano”

-Cuando se venía caminando desde Moyotepec para Tlapa, ¿qué pasaba por su mente?

-¡Uff!!, era casi un niño. Recuerdo que me topé con una enorme piedra que se conoce como “la piedra de la escalera”, la misma que labraban para hacer escaleras de piedra. Bueno, te contaba que iba acompañado por mi abuelo y me decía: “Gil, no voltees hacia atrás”

-¿Por qué?

-Era pavoroso, estábamos en la parte más alta de la montaña, no había caminos ni nada… ¡Íbamos caminando sobre el borde del abismo!! Se me ocurre voltear un segundo y sentí la adrenalina cómo recorría todo mi cuerpo, si me caía, no quedaría nada de mí.

-¿El camino hacia un pueblo fantasma?

-¡Ni más ni menos!!, así era el único camino para llegar a Tlapa. Déjame decirte que la primera comunidad de Tlapa se llama La Villa. Una y otra vez, las palabras de mi abuelo me taladraban mi mente… ¡No voltees hacia atrás!!...

-¿Camina siempre hacia adelante?

-Las sabias palabras de mi abuelo, no solamente me mantenían alerta al caminar al borde del abismo, sino que había una profundidad en cada una de sus palabras, es decir, me enseñaban a no desistir en mis objetivos y metas de vida.

-¿Cómo le hacían  niños y adolescentes de Tlapa para cargar y soportar esa terrible miseria?

-Lo ha dicho usted a la perfección, era una carga de ilusiones que no iban con una muy, pero muy cruda realidad para salir avante, por supuesto, totalmente opuesta a nuestra realidad de niños y adolescentes… ¡Uff!!, nuestra imaginación infantil se quedaba muy corta ante ese triste y perverso panorama…

-¿Ni que decir de la ilusión de un niño por recibir regalos de los Reyes Magos?

-Los Reyes Magos no existían para nosotros… ¡de ese tamaño era nuestra pobreza!!

-¿Cómo era un diciembre en la alta montaña?

-Solamente nos hablaban acerca del nacimiento del Niño Dios…

-¿Ni una triste piñata?

-No eran piñatas como tal, sino que, simplemente, colgaban una olla de barro y la rellenaban con chayotes y papas… ¡No había para más!!

-¡Que triste!!

-Recuerdo que, una vez, era tanto nuestro deseo de los niños por romper una piñata, que alguien puso un panal de abejas dentro de la olla, y con eso, jamás volvimos a romper una de “nuestras piñatas”.

-¡Que malos…!!

-Pues ni tanto eh…

-No me diga que… ¿Jodidos pero contentos?

-A la pobreza… ¡hasta le bailábamos!! -En ese justo momento, en el patio en donde llevábamos a cabo la entrevista, hace acto de presencia física su abuelito, en un acto, por demás de respeto, caballerosidad y educación, se levanta de su silla y acude a darle un amoroso beso en su mano- A su regreso, le pregunto…

-¿No siempre es tan malo perder?

-No, la verdad es que no.

-¿Qué es perder?

-¡Qué buena pregunta!! Sin lugar a dudas… ¡Perder, es la madre de todas las victorias!!, es decir, si no pierdes…

-A lo Mero Macho ¿Lo dice por experiencia propia? 

-¡A lo Mero Macho!! Lo he aprendido desde que decidí meterme al mundo de la política y hasta en el aspecto personal… Perdí a mi bisabuelo y también muere mi madre…

-¿Golpes que da la vida?

-Son duros cimientos de la vida para que aprendas a proteger lo que existe, lo que se tiene y hasta para soñar hacia adelante…

-¿Sufrir para merecer, no es un tanto masoquista?

-Nada es fácil en la vida, eso te ayuda para que te pongas las pilas y sueñes seguir adelante.

-¿Cómo fue ese primer par de zapatos que utilizó?

-Como te decía, las condiciones económicas de mi casa eran paupérrimas. Mi primer par de zapatos, fue gracias a que, me pusieron que le escribiera una carta al Niño Dios y la pusiera dentro de mis huaraches todos rotos.

-¿La fe mueve montañas?

-Yo estaba más preocupado porque al niño Dios le iba a dar vergüenza ver mis huaraches totalmente rotos, es más, antes de irme acostar, los lavé perfectamente para que no olieran a patas y al Niño Dios no le causara molestias en su nariz.

-¿Y qué sucedió a la mañana siguiente?

 -Esta casa, era un enorme terreno baldío. Muy tempranito veía a otros niños jugando con carritos de madera y pistolitas de plástico. Voy corriendo hasta donde le había dejado mis huaraches con la carta al Niño Dios… ¡Oh sorpresa!!...

-¿Qué le había pedido en la carta al Niño Dios?

-Solamente una pelota, pero ni la carta ni mis huaraches estaban…

-¿Qué fue lo que sucedió?

-Me fui llorando hasta en donde estaba mi mamá y le dije que me había quedado sin mis huaraches que habían desaparecido. Mi mamá me abrazó y me dijo: “Hijo de mi vida, es por eso que tienes que estudiar, no esperes nada, pero absolutamente nada que te caiga del cielo” -La sensibilidad de mi entrevistado, de nueva cuenta, se hace presente. Entre sollozos, me dice-: “Discúlpeme don Edmundo, son cosas muy fuertes para mí, recuerdos que me pegan muy duro. Muchas gracias por tocar esas fibras tan sensibles que me llevan a vivir esa etapa”

-¿Usar huaraches y su lengua materna, eran motivo de discriminación?

-¡Por supuesto!! No sabía hablar español…

-¿Cómo lo aprendió?

-Tarareando la canción “Vive”, de José María Napoleón, me dice-: “Escuchando las canciones de Napoleón fue como aprendí hablar el español, dado que mi lengua materna era el Me´pha -Tlapaneco- De nueva cuenta, me pide hacer una pequeña pausa. Bebe un poco de agua, respira despacio y profundamente. Se lleva las palmas de sus manos y se limpia las lágrimas que afloran en sus ojos- “Va decir usted que soy un chillón, pero son cosas del corazón que no puedo ocultar”

-¿Cómo logró superar esa discriminación?

-La sufrí desde que estuve en la primaria. Cuando mis compañeritos me escuchaban hablar en lengua materna, el tlapaneco, de inmediato, me gritaban: “Cállate el hocico pinche indio”

-¡Qué fuerte!!...

-No sabía hablar español. Me acuerdo que una vez que habíamos salido al recreo, había una señora que vendía tortas y sándwiches, yo pensaba que esos alimentos nos los regalaban a los niños y como ella no entendía ni lengua materna, tomé una torta, por poco y me matan a golpes.

-¿Le costó mucho aprender el español?

-Como te comentaba, lo aprendí escuchando las canciones de Napoleón. También recuerdo cuando los mayores escuchaban a los demás niños hablar a la perfección el español, luego, luego decían, “Este chamaquito salió muy vivaracho, seguramente, será gobernador del estado”. Mientras que, a mí, me veían con cierto desprecio y me insultaban… ¡indio asqueroso!!

-¿Una aberrante desigualdad social?

-Creo que es parte de la propia naturaleza del hombre, es decir, se esfuerza al máximo por menospreciar a los que menos tienen.

-Con el respeto que me merece ¿Había un complejo de inferioridad en usted?

-Creo que era algo que te arraigaba… ¿no? Pero hay cosas, que, con toda la fuerza y firmeza, te obligan seguir adelante y despertar tu mente a pasos agigantados

-¿Se refugiaba en su interior para llorar su tristeza detrás de los árboles?

-Cuando te toca perder, creo que es la madre de todas las batallas. Lo único que recuerdo es que lloraba abrazado de mi papá y no detrás de los árboles.

-¿Los hombres no deben llorar?

-Eso, lo tienen muy acendrado los machistas. Con lágrimas en los ojos, le decía mi papá que ya no quería ir a la escuela por esa discriminación que vivía a diario. Mi papá cuando escuchó eso, su rección fue darme un manazo en la cabeza y me dijo… “No seas pendejo .. ¿acaso quieres ser igual de ignorante que yo? Te chingas porque no quiero que seas igual que yo”

-¿Cuál fue su reacción al escuchar a su papá?

-Ahí desperté totalmente, como que me había caído “el veinte” Me quedaba muy claro que mi papá no quería que fuera como él.

-¿De dónde sacó esa fuerza para seguir adelante?

-En que la gente ya no se burlara de mí, aprendí a no voltear hacia atrás, sino, siempre, ir hacia adelante.

-¿Ser indígena y pobre, es un delito?

-¡Uff, vaya pregunta!! No… creo que no, al contrario, ser integrante de una comunidad indígena es una gran riqueza.

-¿Quién posee mayores sentimientos y amor propio, el indígena pobre o quien se dicen ser de la clase alta?

-La pobreza se termina en el ser humano cuando desaparecen sus sentimientos. El acomodado o rico camina por encima de quien deba caminar para destruir su dignidad

-¿De qué demonios sirve poseer enormes fortunas si en el fondo del alma existe una terrible pobreza?

-Si me lo permite, le voy a robar su frase, esa no me la sabía.

¿A partir de ahí, cambio su vida escolar?

-Me acuerdo de mi querida maestra Lupita Salmerón quien me “domesticó” si, así, le puedo llamar. Bueno, pues esta adorable maestra, jamás me dijo grosería alguna para que comprendiera las cosas en español, me tuvo una inmensa paciencia. Nunca me dijo algo así como “chingado ni cabrón escuincle” Me abrazaba y me decía “Si aprendes decir groserías en español, elimina una al día, después, dos a la semana, y así consecutivamente hasta que las elimines de tu vocabulario. Esos son los ciudadanos que necesita Tlapa, y tú, eres uno de ellos”

-¿El dinero es tan cabrón y poderoso que cambia a la gente?         

-¡Qué buena pregunta!! El dinero, no es más que un poder muy pobre en la mente de la gente vacía de valores…

-¿…Por qué…?

-Porque se da en con esa falsa idea de superioridad, pero a final de cuentas, resultan más pobres y tan miserables en su integridad como personas. Podrán ir a bordo de un carro de lujo, pero llevan un corazón tan miserable que los mantiene de luto permanentemente

-¿Simples carruajes vacíos?

-¡Exacto!! Bueno, pasemos a cosas más satisfactorias, afortunadamente, concluí la primaria en la Escuela Ignacio Manuel Altamirano…

-¿Era un niño aplicado o medio “burrito”?

-Solamente reprobé el cuarto año…

-¿Cómo le fue con sus papás cuando supieron había reprobado?    

-¡Uff!!, con mi mamá me fue como en feria, me regaño muchísimo.

-¿Su papá le volvió a pegar con las varas de durazno?

-No, ya no. Solamente me dijo que, si ya no quería estudiar, me fuera con él a trabajar en el campo. A partir de ahí, los tres meses que teníamos de vacaciones, me apretaron los tornillos y tenía que irme con él al campo. Desde las cinco de la mañana a las siete de la noche…

-¿Le gustaba?

-No, la verdad es que no, eran unas friegas espantosas…

-¿El pan ajeno hace al hijo bueno?

-Je, je je… Qué le puedo decir… ¡Híjole!!, me hace preguntas que me siento estar frente al sicólogo. No tenía más que escoger, solamente eran dos caminos qué elegir. Total, me puse las pilas y hasta noté que había dado un buen despegue a mi persona, hasta me ofrecieron ser integrante de la banda de guerra…

-¿Su sueño siempre fue haber sido militar…?

-No le digo don Edmundo, me dice cosas que ni siquiera le mencionado. En efecto, siempre anhele llegar a ser militar…

-¿Es por eso que siempre utiliza una camisa de color verde…?

-¡Que observador es usted. Más adelante, le comento porque mi preferencia en usar camisas color verde y el significado que tienen para mí

-¿Por qué le atraía tanto el tema de pertenecer al ejército?

-Porque siempre he admirado muchísimo a Vicente Guerrero. Me gustaba tanto la banda de guerra y todo lo relacionado al ámbito militar. Estando en la secundaria también ingresé a la banda de guerra. Por cierto, en esa época vinieron a inaugurar el Centro Regional del DIF en Tlapa, me acuerdo que el entonces presidente de la República Carlos Salinas, llegó en helicóptero a Tlapa y me tocó ir a tocarle “la diana” cada vez que hiciera uso de la palabra   

-¿Estuvo cerca de él?

-No solamente eso, sino que me dio un apretón de manos y me saludo con una sonrisa.

-¿Qué sintió poder saludar al entonces presidente de la República?

-No sé si fue una energía especial, pero hasta mi abuelo me decía que tenía que saludar más seguido a los hombres del poder, poque me transmitirían una energía especial para mi desarrollo personal. Yo mismo me decía por dentro: “Gilberto, saludaste al presidente de la República, eso, tiene un especial significado para ti y vas a llegar muy lejos”

-¿Ahí comenzó a decretar que se convertiría en presidente municipal de Tlapa?

-No precisamente, pero sí, que iba a ser alguien en la vida. A partir de ahí, a cada instante, me remachaba en la mente… ¡Algún día tienes que llegar a ser alguien en la vida!!

-¿Y luego?

-En secundaria me gustaba mucho participar con poesías y oratoria…

-¿Se acababan los tropiezos escolares?

-Te puedo decir que mi única travesía de reprobar, fue solamente en la primaria, a partir de ahí, jamás reprobé ni una sola materia.

-¿Se había convertido en auténtico “matadito” o en un “nerd”

-Ni matadito ni nerd. Era un alumno regular que sacaba sietes, ochos y hasta dieces de calificación.

-Dentro de esa terrible pobreza perversa que vivía, ¿alguna vez se fue de pinta con sus amigos adolescentes?

-No, además, estábamos en lo más alto de la montaña ni para donde ir.

-¿Tremendo con las niñas?

-¡No, tampoco!!, a mis 14 años de edad, me imaginaba que si tocaba la mano de una muchacha… ¡iba a quedar embarazada!! Ja, ja, ja. De ese tamaño era mi inocencia. Asimismo, mis tíos y padres me traían completamente restringido en todo, ni amigos viciosos ni fumar, vamos… ¡nada!!  

-¿Qué deporte practicaba?

-El básquetbol…

-¿Qué quería ser de grande?

-Traía muy clavado el “sueño americano” Me quería ir de “mojado” a los Estados Unidos…

-¿A lo mero macho, se quería ir de “mojado”?

-¡Sí!!, afortunadamente, uno de mis tíos me salvó de esa inquietud… ¡uff!!, me había dejado llevar por los demás jóvenes de Tlapa que se iban de braceros a Estados Unidos

-¿Era para ustedes, la única forma de sobrevivencia en su raquítico entorno?

-¡Exactamente!!, era la única salida para seguir vivos. Me acuerdo que cada diciembre regresaban los paisanos con relojes lujosos, aparatos eléctricos carísimos, cadenas de oro, carros último modelo. Es por eso que me quería ir a Estados Unidos. Dentro de ese tema, mi tío me contó que, él, iba a ser licenciado, pero por falta de dinero no pudo realizar su sueño. “Gilberto, cumple el sueño de toda la familia para que seas el único de la familia profesionista y titulado”

-¿Qué carrera quería seguir usted?

-Primero, la prepa en el CBTIS…

-¿Siempre estuvo seguro de ser abogado?

-Si, fíjate que si…

-¿Por qué? ¿Para hacerse rico?

-Ja, ja, ja… ¿Hacerme rico como abogado? ¡No manches!! Quería ser abogado porque veía todas las injusticias que había y siguen existiendo aquí en Tlapa.

-¿Y en dónde quedó su atracción por lo militar?

-Como teníamos un familiar que era militar, quien falleció en la Ciudad de México, mi familia se opuso rotundamente para que yo fuera militar. Me apoyaron completamente para que estudiara leyes, o bien, que fuera maestro normalista para quedarme con la plaza que tenía mi papá

-¿Cómo fue su paso en la prepa?

-Estuve haciendo la prepa en el Centro de Estudios de Bachillerato de Guerrero -Cebach- Me acuerdo que teníamos un maestro que se había ido a preparar a España, un hombre muy talentoso y capaz. Con él, hicimos una obra de teatro “Cuauhtémoc, El Último Emperador”, y me tocó interpretar el papel estelar de Cuauhtémoc. Me aprendí un librito sobre su historia, participamos en un concurso estatal de teatro estudiantil y logramos sacar el primer lugar

-¿Se fraguaba en Gilberto Solano, un auténtico líder?

-No lo sé, pero estoy seguro que sí.

-¿Por qué le daba miedo…? Ahorita sucede exactamente lo mismo, no se quiere reelegir, pero ese, es otro tema…

-¡Vaya que usted es directo…!! Con respecto a mi posible reelección como presidente municipal, obedece a muchos obstáculos que se han presentado, pero al mismo tiempo, alguien lo tiene que hacer… ¿Le parece que ese tema lo abordemos más adelante?

-¿Qué sucede al terminar la prepa?

-Mi tío me llevó a Chilpancingo para ingresar a la universidad y estudiar la carrera de Derecho…

-¿Le dolía abandonar el cordón umbilical familiar?

-Sí, a lo mero macho es que si…

-Le voy a cobrar derechos de autor eehh…

-Mejor le invito un mezcal y quedamos a mano… ja, ja, ja. Mi madre se quedaba sola en Sontecomapan, así es que tomé la decisión de ir por ella y que se quedara aquí en Tlapa con mis hermanas, que también se habían ido para Chilapa. ¡Puff!!, mi familia se estaba desintegrando. Mi mamá, por fin, comprendió que debería irme a estudiar una carrera.

-¿Arregló su equipaje para marcharse…?  

-Mi equipaje… ¡era una caja de cartón de aceite 1,2,3 y dos mudas de ropa y…

-¿Un petate para dormir…?

-Me daba pena decirlo…

-Pena es robar y que le caigan en la movida… ¿Me está chamaqueando al decirme eso?         

-No, pero mi condición era muy, pero muy pobre. Bueno, ahí me tiene con mi petate en la espalda y caminando por la plaza principal de Chilpancingo. Al pasar frente a la estatua de José María Morelos le preguntaba mi tío quién demonios era ese señor… Mi tío me explicaba un poco de historia de lo que había leído. Asimismo, me contó que, en la Iglesia de la Asunción de Chilpancingo, fue en donde José María Morelos dio a conocer Los Sentimientos de la Nación.

-¿Con petate en la espalda, qué sintió pasar frente al palacio de gobierno y municipal?

-Los relatos de mi tío me ilustraban en donde despachaba el gobernador del estado y el presidente municipal, respectivamente. Le volví a preguntar… ¡Oiga tío, ¿quién es el gobernador del estado?

-¿Qué le respondía?

-¡Cabrón muchacho, ya deja de hacer tantas pinches preguntas!! A eso vienes a estudiar aquí a la universidad, si te pones chingón, un día, vas a estar ahí. Así es que te pones a estudiar a fondo. Mi tío era un hombre tremendamente duro. “Gilberto, si te caes y te manchas las rodillas, párate y sigue corriendo. No hay tiempo en la vida que alcance ni para sobarse. Cabrón Gilberto tienes que echarle muchas ganas”

-Bueno, lo fogueó para que no decayera su ánimo…

-Pues sí, me empoderó muy rápido. “Me caga la gente güevona”, me decía una y otra vez.

-¿Cómo le fue en la universidad?

-Don Edmundo, fue el primer y único 3 de calificación que me saqué en toda mi vida…

-¿En qué materia?

-Derecho…

-¿Pensó tirar la toalla porque no daba una?

-Me dije por dentro: “Dios mío, es una vergüenza lo que estoy haciendo. La estoy regando gacho” Si, la verdad es que sí pensé tirar la toalla. Me acobardé al pensar qué demonios le iba a decir a mi familia en Tlapa, que había fracasado en mi intento de ser un destacado estudiante y un buen abogado”

-¿A lo mero macho, pensaba que no la iba hacer?

-Sí, para qué le digo que no. Me llené de pavor…

-¿En donde vivía?

-En la casa del estudiante en Chilpancingo. Estando en la Facultad de Derecho, un querido maestro Camilo, que era de Perú, me dijo: “Lo que pasa, es que ustedes los pinches indígenas tienen mucha complejidad de ser pendejos. Pero aquí, en la facultad, te tienes que poner cabrón, porque el más fuerte se come al más débil. Estoy seguro que de donde vienes, eso no te lo enseñaron en tu pinche escuela. No sabes leer ni mucho menos, cómo saber estudiar. Agarra un libro… ¿Sabes lo que es una introducción? ¿Sabes lo que significan los índices? Si no sabes nada de eso, pues eso, es lo que tienes que aprender cabrón chamaco. Debes aprender a interpretar un libro. Esa es la integridad y el rostro de un libro. No se trata nada más de sacar tu pinche libretita y ya”

-¡Qué fuerte!!

-Yo nada más lo escuchaba y me di a la tarea de empezar a descifrar cada uno de mis libros, el prólogo, su contenido y al autor, etcétera, etcétera.

-Nadie es perfecto…

-Todavía, el maestro originario de Chilapa, Víctor Fuerte, me decía: “Si eres medio pendejo para le escuela, ponte a leer un libro en voz alta y si no se te pega nada, ponte a escribir lo que no se te grabe o lo que no entiendas” Así fue como le hice para poder salir adelante. A partir de entonces mis calificaciones subieron notablemente y como por arte de magia, de siete para arriba.

-¿Cuál fue su promedio final en toda la carrera?

-De 8.5

-¿Cómo se vivía un día en la casa del estudiante en Chilpancingo?

-Muy difícil, por cierto, era una peste nauseabunda por el penetrante olor de pies de los demás compañeros. Vivir ahí, era una verdadera revolución interna. No existía ningún tipo de orden, era todos contra todos.

-¿Una auténtica ley de la selva?

-Indudablemente, no me gustó para nada. Era una muy reñida sobrevivencia. Pero también, nos cansaba mucho asistir a los mítines políticos. Había un muchacho de quien no quiero decir su nombre que nos llevaba…

-¡No le saque…!!

-No es que la saque, pero no tiene caso en este momento…

-Entonces, para que me lo dice…

-Quizás, algún día lo voy a decir, pero no ahorita. Este muchacho nos llevaba a los mítines…

-¿Aceptaba asistir porque le daban su torta y refresco?

-¡Exacto!! Como estudiante, no tenía ni para comer, con ese refrigerio que nos daban los mítines de fin de semana, como que mitigaba el hambre. En la casa del estudiante nos daba servicio de lunes a viernes. Me acuerdo que frente de la facultad de Derecho había una pequeña fonda que se llamaba “Las Medias”, destinada para el estudiante muy pobre. Yo decía que, quien no conoció “Las Medias” de Chilpancingo, no fue estudiante.

 

                  -Continuará-

viernes, 5 de abril de 2024

 


ABANDONADOS A SU SUERTE POR AUTORIDADES ESTATALES Y FEDERALES, LA VIDA EN TLAPA, GUERRERO ES MUCHO MUY TRISTE: GILBERTO SOLANO ARREAGA

Por Edmundo Cázarez C.

-Primera de tres partes-

Foto: Adrián Ponce

Enclavado en la alta montaña, con una población de 96,125 habitantes, Tlapa de Comonfort, Guerrero, en pleno 2024, el 68 por ciento de sus pobladores hace uso de lenguas indígenas maternas para comunicarse entre ellos. De esta manera, el mixteco, amuzgo, náhuatl y me´pha, resultan valiosos canales que les permite establecer una fluida y sana convivencia, pero tristemente rodeados de una lacerante y perversa pobreza que los obliga mantenerse alejados de la vida mundana, y lo que es peor, abandonados a su suerte por la indolencia de autoridades estatales y federales.


Para este reportero resultó muy gratificante poder conversar con el primer presidente municipal de extracción indígena del país, Gilberto Solano Arreaga.  A sus 50 años de edad, contagia ese deseo de superación, pues desde su etapa infantil y contando únicamente con su lengua materna me´pha, se propuso aprender hablar español escuchando las melodías del cantautor mexicano Napoleón, tales como: “Vive”, “Hombre”, entre otras muchas más.


Con un férreo deseo de superación, cursó la carrera de licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Guerrero con la firme idea de llegar a convertirse en presidente municipal de Tlapa, Guerrero. En la primera parte de la entrevista con EL UNIVERSAL, sostiene: “Los seres humanos deberíamos aprender de los animales salvajes que poseen esa fuerza de unión que utilizan para protegerse, siempre, están a la defensiva para preservar su entorno. Mientras que nosotros, los “seres pensantes”, no somos capaces de observar esa escuela que tienen y ponen en práctica esos seres indefensos, pero el hombre, todo lo hace por una tonta vanidad de ostentar el poder por el poder”


No cabe duda que esta bendita profesión del periodismo, quienes tenemos la dicha de ejercerla con absoluta religiosidad, nos colma de innumerables satisfacciones e inolvidables experiencias. Una de ellas, fue la enorme experiencia de conocer la alta montaña de Guerrero, considerada como la región más pobre del país. Llegar a Tlapa, Guerrero, vaya que es una verdadera odisea. Ocho horas de un largo, sinuoso y accidentado camino de terracería. Me resultaba imposible comprender y aceptar, como es que estos mexicanos se encuentren tan alejados de la vida mundana. Gente humilde pero empeñada en salir adelante, sin importarles el desprecio y discriminación que son objeto por parte de autoridades estatales y federales.


Gracias a la extraordinaria colega y gran amiga, Isabel Ortega, a quien le había solicitado una entrevista para la saga LAS GUERRERAS DEL PERIODISMO, que iniciamos en EL UNIVERSAL, me hizo la invitación para que fuera a su lugar de residencia, en donde, por cierto, la han adoptado como una distinguida tlapaneca. Un viaje que, sin lugar a dudas, me ha dejado completamente impresionado, pero también, con un muy grato sabor de boca y un caudal de experiencias inolvidables. 


Conversar con Gilberto Solano Arreaga, un extraordinario mexicano, el primer presidente municipal constitucional de extracción indígena del país, un guerrerense que transmite confianza y quien se define como un ser bendecido por el cielo, pues la noche del 25 de octubre de 2022, sufrió un terrible accidente automovilístico a bordo de una camioneta marca KIA, cuando circulaba sobre la carretera Ahuacotzingo - Olinalá, acompañado de su señora esposa y de un chofer, el vehículo en el que viajaban, se precipitó a una barranca de 120 metros de profundidad, milagrosamente, todos lograron sobrevivir.


Lamentablemente, ese desafortunado percance automovilístico le ha traído delicadas y dolorosas secuelas en su estado de salud: una hernia de disco cervical y lesiones en la columna vertebral, produciéndole fuertes dolores. Es tanta la fuerza de voluntad que tiene Gilberto Solano, no se da por vencido, siempre, quiere seguir adelante. Ante constantes molestias y deterioro en su calidad de salud, se sometió a exhaustivos estudios médicos y al conocer los resultados, tomó la difícil decisión al desistir registrarse para lograr la relección como presidente municipal para el trienio 2024 – 2027. Es importante destacar que su paso como alcalde de Tlapa durante el periodo 2021 - 2024, es digna de aplaudirse por su honestidad y entregando excelentes resultados durante su gestión que concluye en octubre próximo.


Sencillo y humilde en su trato. Amable y educado, con un enorme respeto hacia sus semejantes, nos da muestras del enorme orgullo que siente por sus raíces mixtecas. A lo largo de esta amena e interesante charla, intercalaba su lengua materna Me´phaa con el español para hacerse entender de la mejor manera.


Un tlapaneco que nació para vencer los retos que le presenta la vida misma, sobre todo, después de ese lamentable accidente automovilístico, sostiene que la vida misma es un reto permanente. Y es que, para él, no existen los imposibles, tan es así, ante la negativa del presidente López Obrador para que Tlapa contara con un Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón -CRIT-, logró convencer a los directivos de Fundación Televisa para que su natal Tlapa fuera sede de un CRIT, en beneficio de miles y miles de niños desprotegidos de la alta montaña del estado. Hoy en día, el CRIT es una realidad y funciona a la perfección.


Al referirse a la confianza que le depositaron los tlapanecos para convertirlo en el primer alcalde de extracción indígena, señala: “Los cargos públicos no son para siempre, son tan efímeros como la vida misma. Hay que saber querer a la gente, ganarse ese cariño de las personas, no como un funcionario público pasajero y que resulta, a final de cuentas, una carga para el alma y todo ello se debe a la tonta vanidad de ostentar el poder por el poder. El hombre no sabe compartir, ni se compadece del dolor de los demás, mucho menos, sabe trabajar por el bien común”


Sencillo en el vestir, me recibe en el patio de su humilde casa, portando su inconfundible camisa verde olivo, cobijado por el trineo y canto de jilgueros, así como infinidad de aves de corral, ante la muda presencia de una enorme águila tallada en cantera. Gilberto Solano, el hombre, abre su corazón para mostrarse tal cual es, sin falsas posturas. Una persona que habla con absoluta verdad en cada una de sus palabras. Mucho menos, jactándose del cargo de presidente municipal constitucional que la gente le confirió para el trienio 2021-2024.    

-¿Cómo le va en la vida al primer presidente municipal de extracción indígena en Tlapa, Guerrero?

-¡Híjole!!... ¿Así de botepronto? ¡Uff!!, qué le puedo decir: La vida, para nosotros y siendo la voz de la alta montaña de Guerrero, la veo muy triste…

-¿…Por qué triste?

-Por no arriesgar y por no decidir, nuestra tierra estuviera más olvidada…

-¿Un pueblo indolente ante esa urgente necesidad de evolucionar y progresar?

-Eso, se lo digo a nombre propio… ¿Qué hubiera pasado si hubiera preferido quedarme en mi pueblo?

-¿Una absoluta apatía ante urgentes carencias de sobrevivencia?

-¡Ese es el tema!!, pero también, entiendo que con la misma fuerza que tienen los ríos y la madre naturaleza, muy pocos, nos ponemos a observar lo que sucede a nuestro alrededor.

-Insisto, ¿el hombre hace caso omiso y hasta minimizas la fuerza que el universo le hace ver en ríos y madre naturaleza, como bien usted lo apunta?

-Los seres humanos deberíamos aprender de los animales salvajes que poseen esa fuerza de unión y que utilizan para protegerse. Siempre, están a la defensiva para preservar su entorno, pero nosotros, como seres humanos, no somos capaces de observar esa escuela que tienen y que ponen en práctica esos seres indefensos.

-¿Debo entender que el hombre es más animal que las fieras salvajes?

-¡Indiscutiblemente!!...

-¿Qué es lo que está haciendo mal esa raza a la que le llamamos como “pensante”?

-¡Qué buena pregunta me formula!! Creo que, ello, se debe a la tonta vanidad de ostentar el poder por el poder, además, el hombre no sabe compartir, ni se compadece del dolor de los demás, mucho menos, sabe trabajar por el bien común

-¿Nos hemos convertido en rehenes de nosotros mismos?

-Es que primero somos nosotros, luego nosotros y seguimos siendo nosotros. Si nos enteramos que le pegaron a fulano o zutano, es lo menos que nos importa. Nos hacemos de la “vista gorda” y los desentendidos.

-¿Cómo le hace Gilberto Solano, el primer presidente indígena del país, para no perder esa sencillez y humildad?

-Soy tal cual desde siempre….

-¿Cómo fue la niñez de Gilberto Solano, ahora convertido en alcalde?

-Mi niñez, fue algo que transcurrió con mucho miedo e indecencia, lo vuelvo a decir, me la pasaba observando a los animales salvajes y disfrutando de la madre naturaleza, de lo bello y hermoso que resultaba sentir esos fríos, aquí, en la alta montaña de Guerrero. Me encantaba ver volar a los colibríes con esa libertad. Me quedaba sorprendido ver el surgimiento de una variedad de frutas…

-¿Una tierra bendita?

-Recuerdo que atrás de mi casa, existían unos enormes árboles colmados de peras silvestres, nadie los había sembrado y ahí nacieron, crecieron y nos alimentábamos de esas deliciosas frutas, por cierto, mis bisabuelos me daban de comer unos enormes y jugosos tejocotes.

-¿A qué jugaba de niño?

-Jugaba hacer montañas de tierra…

-¿Hacer más montañas de las que vivía?

-Es que no pensábamos en coches porque era lo que me rodeaba, ni tampoco tuve entre mis manos un cochecito de madera o de latón.

-¿Cuántos hermanos tuvo?

-Soy el primero de los nueve hijos que procrearon mis padres -seis mujeres y tres varones-

-¿A qué se dedicaba su papá?

-Aunque era campesino, logró superarse como maestro rural en lo más alto de la montaña de Guerrero. Me contaba que bajaba a Tlapa cuando me regalaba unas enromes bolas de dulce para mitigar el hambre -súbitamente, los ojos de mi entrevistado se llenan de lágrimas y su voz se quiebra sin suspender su relato-

-¿Qué es lo que le pesa del tema porque se le llenaron de lágrimas los ojos?

-Lo que más me pesa del tema, es algo que nunca se me va olvidar… Me parece un tanto inesperado que, en esta entrevista, usted logre escrudiñar fibras tan sensibles que uno guarda en lo más profundo de los recuerdos. Me tiene sorprendido que, en unos cuantos minutos de esta charla, me lleve a revivir esa bella etapa que disfruté junto a mis padres y abuelos.

-Recordar es vivir…

-Discretamente, se limpia las lágrimas con los dedos de su mano derecha y exclama: “Don Edmundo, tiene usted toda la razón… Me acuerdo que un día, alcancé ver a mi padre que venía descendiendo lentamente por una ladera. Corrí hacía él para abrazarlo y le arrebaté un morralito que traía en su mano izquierda…

-¿Ese niño inquieto pensaba que el morral estaría lleno de dulces?

-¡Sii!!, con mi supuesto “botín”, me voy hacia la parte de atrás de mi casa, sin darme cuenta que mi madre iba corriendo detrás de mí…

-¿También estaba intrigada con el contenido de ese morralito?

-¡En efecto!!, quería saber lo que le había traído su esposo. Total, entre ambos sacamos lo que había dentro del morralito y descubro un jabón de tocador “Nordiko” color verde, sin embargo, estaba seguro que era un dulce y le pego una enorme mordida…

-¿…A qué le supo?

-Era una mezcla rara entre amargoso y picante… ¡sabía horrible!! -Entre sollozos, el alcalde continúa con su relato- “Mi madre me abrazó y me dijo: ¡No te preocupes hijo, en la vida, no sabemos qué tipo de sangre traemos!! ¡En la vida, hay caminos que son de sangre y no sabemos de qué sangre es tu camino!!”

-¡Que palabras tan llenas de profundidad…!!

-Así era mi madre. Y todavía me dijo: “No te preocupes hijo, algo grande viene para ti. Esto que te acaba de suceder, te demuestra que debes ir a la escuela para prepararte y no llevarte este tipo de sorpresas. No mi querido hijo, me duele tanto verte sufrir por esa decepción que te llevaste al creer que era un dulce y traes químicos en tu boquita. Eso, te enseña que debes investigar las cosas antes de morderlas”

-¿Y cómo le fue en la primaria?

-Ingresé a la escuela primaria rural Vicente Guerrero de Moyotepec…

-¿Era seguir los pasos de un distinguido guerrerense?

-Admiro mucho a Vicente Guerrero porque supo pelear por nuestra independencia, quien vivió exactamente aquí, en la alta montaña, en donde estamos ahorita.

-¿No tuvo la oportunidad de asistir a un kínder?

-No, no había kínder en mi localidad. Mi familia vivía en la comunidad de Lucerna, un lugar en donde hace muchísimo frio, teníamos que caminar por espacio de cuarenta minutos para bajar hasta Moyotepec.

-¿Qué tenia de especial Moyotepec?

-Era un poblado muy trabajador donde sembraban mucho el maíz. Su cultura giraba alrededor de la música. Me acuerdo que durante todo el mes de septiembre sonaban unos tamborcitos para llamar a los integrantes a una tradicional danza de “Los Chareos”

-¿Era un verdadero amor a la tierra?

-¡Por supuesto!!, me acuerdo que cultivaban las papas, habas, las peras y duraznos…

-¿Un pequeño paraíso desde la óptica de un niño?

-No lo sé, lo que sí recuerdo, es que era, de verdad, muy “cerradito” para la escuela.

-¿Era de a tiro un “burrito”…?

-Es que no me gustaba ir a la escuela…

-¿Por qué…?

-Es que los maestros me jalaban las patillas y orejas hasta que me tronaban… ¡Me llenaba de coraje!!, hasta llegué aborrecer la escuela

-¿Qué es lo que quería ser de grande?

-No me gustaba ser un niño del montón, ni uno más dentro de mi escuela. Es más, tampoco me gustaba convivir con una persona de mi propia edad…

-¿…Y eso..?

-Sentía que no estaban a la altura de todas las cosas que me había enseñado mi bisabuelo Epifanio Solano Moreno, un hombre que vestía calzón de manta y comulgaba mucho con él…

-¿Qué es lo que le ensañaba?

-Todas las mañanas hablaba con la madre naturaleza y decía… “Bienvenido a mi casa el sol. Sean también bienvenidas las aguas y cada una de las hojas de los árboles que están reverdeciendo y nos dan vida”.

-¿Un hombre sabio?

-¡No lo sé!!, pero hablaba mucho con la naturaleza, yo sentía que sus palabras le salían desde lo más profundo de su corazón. De madrugada, me llevaba hasta lo más alto de la montaña para que nos iluminaran los primeros rayos del sol. Era un espectáculo bellísimo observar como iba apareciendo el sol y sus rayos me daban energía para vivir el día y saber descansar por la noche.

-Había una conexión de su ser con la naturaleza…

-El hombre ignora que existen muchas cosas que la propia naturaleza se encarga de avisarnos…

-Hay quienes le llaman ser supersticioso…

-La madre naturaleza no necesita de hechicería, brujería ni nada de eso… No es esa palabra que interpretan en las grandes ciudades como supersticiosos, simplemente, hay que saber interpretar los sonidos de los animales, los sonidos del aire. Para quienes vivimos y crecimos lejos de la vida mundana, eso, tiene una interpretación. Insisto, la misma naturaleza se encarga de avisarnos ciertos fenómenos naturales y no le damos la importancia que merece, hasta creen que son sueños…

-¿Los sueños se hacen realidad?

-Un día, una persona, de la cual me reservo su nombre, me dijo que había soñado que a su hermano le disparaban, y en efecto, tiempo después lo mataron de un balazo en la cabeza. Este señor, era un indígena muy poderoso, había acudido con alguien para que le interpretara sus sueños. Total, esa persona le dijo que no sabía si estaba platicando con un vivo o con la misma muerte.

-¿Así de fuerte?

-¡Ni más ni menos!! Este señor que había ido a esa consulta, afirmaba que poseía las mejores armas y poder, justamente, a los 15 días de esa “consulta” lo asesinaron en su casa.

-Con sus amiguitos de infancia y adolescencia… ¿a qué jugaba?

-Antes de responder, su rostro refleja enorme alegría, sus ojos brillan intensamente, esbozando una ligera sonrisa me dice: “Jugábamos a treparnos a todos los árboles, por cierto, encontré uno muy frondoso en donde me escondía para no ir a la escuela, pero un día, mi mamá me “cachó” y me fue como en feria…”

-¿Cómo lo castigaban?

-Con unas enormes varas de durazno… ¡y dolía muchísimo!! A partir de entonces, mi mamá me “encargó” con mi maestra Maurilia Mateos, a quien debo agradecer que fue sumamente paciente conmigo, de esa manera, empezó a gustarme mucho ir a la escuela.

-¿Cómo era la vida en Tlapa, ese entonces?

-Recuerdo que se hablaba mucho del cultivo de los enervantes, la mariguana y la famosa y bellísima amapola por los colores que tiene cuando florece. Yo era muy niño, sin embargo, me cuentan que uno de mis familiares, quien se llamó Juan Miramón Cantú, fue el fundador del exitoso programa Conasupo/Coplamar, lo que ahora se conoce como Diconsa. Me decían que no obstante haber sido un hombre netamente lírico y sin estudios universitarios, pudo aprenderse de memoria la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Poseía una memoria privilegiada y se convirtió en un férreo defensor de los pueblos indígenas de la alta montaña de Guerrero.

-¿Esos héroes anónimos que aportaron al desarrollo de Guerrero?

-Pues así es la vida. Existen muchos testimonios de su loable esfuerzo, fue quien gestionó para que el gobierno estatal y federal construyeran la primera carretera que conectaba a Tlapa con la comunidad de la Mojonera -hoy, un importante crucero vial en Tlajamacingo del Monte-

-¿Como dice la canción de Joan Manuel Serrat, “Caminante, no hay camino, camino se hace al andar…”?

-Órale don Edmundo, que inspirado viene usted, hasta me contagia de ese optimismo… Bueno, le contaba que tenía como seis años de edad… Uff, teníamos que caminar o viajar en burro como tres horas para ir a comprar cosas para comer y el único refresco embazado que conocí de niño era la famosa “Pepsi”.

-¿Pero cómo era el trato de la gente en ese tiempo?

-La gente de Moyotepec era una gente sumamente trabajadora y empoderada con su música y cultura…

-¿Muy echados para adelante?

-¡Exacto!!, con ganas de triunfar y vivir bien, pero al llegar el tema de los enervantes se descompuso el pueblo por completo. Me contaba mi abuelo que mi papá decidió estudiar la carrera de normalista y hasta le dieron una plaza, pero cuando vio el peligro que representaba el narcotráfico, le dijo a mi mamá: “Aquí, no la vamos hacer”.

-¿La mafia los obligaba a sumarse a ese flagelo social?

-Es que los líderes del narcotráfico le decían a mi papá: ¡Siembras mariguana o te quitamos tus tierras!!...

-¿Y que hizo su papá?

-Pues con el corazón en la mano le dijo a mi mamá que, eso, no es lo que quería para su familia y decidió mudarse a Tlapa… No sé como le hizo, pero logró que una máquina moto conformadora y excavadora, empezaran a excavar el cerro y construir la carretera hacia Tlapa.

-¿Ya existía Tlapa en el mapa carretero?

-Nadie sabia de la existencia de Tlapa, todos decían… ¿Tlapa?, ¿En donde queda eso?, ¿Ahí que hay? Nadie se imaginaba que detrás de esas enormes montañas existía un pueblo muy trabajador que vivía una perversa pobreza…

-¿Le dolía esa perversa pobreza?

-Claro que me dolía y sigue doliendo muchísimo… -De pronto, la voz se le quiebra nuevamente, sus ojos se llenan de lágrimas y me solicita hagamos una pausa. Una vez repuesto continúa- “De verdad, era muy difícil poder sobrevivir sin tener absolutamente nada, bueno, eso sí, mucha voluntad para salir adelante, sin tener siquiera, que comer…”

-¿Es delito ser pobre?

-¡No!!, por supuesto que no. Hay muchos que hablan de la pobreza pero ignoran como es en realidad.

-¿En su casa, cómo enfrentaban esa perversa pobreza..?

-Mi padre y mi madre nos hacían tortillas de plátano para sobrevivir…

-¿…A lo mero macho?

 -Sí, no tengo porque mentirle ni tampoco es mi deseo despertar compasión por mi pasado, pero las cosas así sucedieron…

-¿Era todo lo que comían?

-Esas tortillas de plátano se tenían que empatar con un poco de maíz para tratar de abundar el tema de la comida y que alcanzara para todos mis hermanos.

-¿Cuántas veces pasó hambre, sin  tener absolutamente nada en el estómago?

-Don Edmundo, ¿me permite hacerle una pregunta con todo respeto?

-¡Adelante!!, pero no se le olvide que quien hace las preguntas soy yo…

-¿Estudio la carrera de sicólogo? Se lo digo con el respeto que me merece, posee un “don” de saber meterse hasta las fibras más sensible que uno guarda muy adentro de la conciencia y del alma… Me tiene impresionado, y ya ve, hasta me hizo llorar…

-Le repito la pregunta… ¿Cuántas veces pasó hambre, sin tener absolutamente nada en el estómago?

-Lo padecí en repetidas ocasiones, sentir las paredes del estómago completamente pegadas sin nada de alimento.

-¡Uff!!... ¿De ese tamaño?

-¡No tengo porqué mentir!!, aunque mis abuelos y padres eran quienes sufrían más porque prefieran quedarse sin probar alimento por dárselos  a los niños, ellos, sí que sufrieron mucho más que nosotros los niños.

-¿Le rompía el alma ver a sus papás quedarse sin comer?

-Al escuchar la pregunta, se lleva las manos a la cara y suelta el llanto abiertamente. Me quedo atónito ver a un alcalde llorar como niño, lo que me permite conocer la enorme calidad moral que posee este destacado mexicano, orgullosamente indígena.

-Señor presidente, ¿desea que aquí termine la entrevista?

-¡Nooo!!, don Edmundo, por favor… ¡no me haga eso!! Es la primera vez en mi vida que alguien se preocupa en conocer al ser humano llamado Gilberto Solano Arreaga. No tiene idea cómo se lo agradezco. Esa pregunta que me hizo ¿qué sentía ver a mis padres quedarse sin comer por nosotros? ¡Vaya!!, me hizo revivir esos momentos que jamás olvidaré, parece que los estoy viendo ahorita y decirles que los amo con todo mi corazón.

-¿En la montaña alta de Guerrero, es la única zona donde se padece de pobreza extrema?

-No sé si al actual gobierno de la República, eso, los haga inmensamente felices, pero Tlapa, se encuentra abandonado a su suerte por parte de esas autoridades federales.

-Nada es para siempre, afortunadamente, usted no decayó en esa depresión, hoy, es un destacado profesionista y un muy buen alcalde de Tlapa…

-No cabe duda que los tiempos de Dios son prefectos. Tuve la dicha de convertirme en un muchacho que decidió emigrar a Chilpancingo para convertirse en un solitario estudiante universitario

-¿Quién fue su mejor amigo tanto en la infancia, adolescencia y juventud?

-Mi bisabuelo, que al fallecer, ufff, fue cuando comprendí que había sido mi mejor amigo, por cierto, cuando pude ver las caricaturas de Heidi, ver a ese viejecito que salía con ella, de inmediato, venía a mi memoria la presencia de mi querido bisabuelo.

-¿Por qué era tan apegado a su bisabuelo?

-Me tenía muchísima paciencia, me daba muchos consejos, me cuidaba y trataba muy bien. Recuerdo que, por su avanzada edad, se hacía pipi en el pantalón y se ponía a llorar, yo le decía que no le diera pena, que me diera su pantalón, no le decía nada pero me salía de su cuarto y me iba corriendo a lavarlo. Cuando se lo llevaba limpio y seco, me abrazaba y con un beso en la frente me decía: “Hijo, Dios me dijo que estás asegurando tu vida y la de tus hijos, con estas nobles demostraciones de amor que tienes conmigo”

-¿Que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda?

-Don Edmundo, sé perfectamente que no le gustan los halagos, le digo esto, porque he leído sus interesantes entrevistas que se publican en EL UNIVERSAL, que delicia resulta poder conversar con usted. Lo que le acabo de confesar, más que una remembranza de lo vivido, creo que son bendiciones propias que alcanzan a mis hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos.

-¿A quien le sirvas, no esperes que te corresponda de la misma manera?

-¡Exacto!!...

-¿Qué duele más, pedir o dar?

-¡Hijole!!...¡Qué buena pregunta!!... ¿Qué duele más, pedir o dar?... Hum, quizás, duela más pedir porque se pone entredicho la vergüenza y dignidad…

-¿Por qué´?

-En lo personal, me apena mucho pedir…

-¿También le da pena pedirle a Dios?

-¡Sopas!!, me hace sentirme en el banquillo de los acusados… No, a Dios no me da pena pedirle porque lo considero mi amigo, hasta siento que está dentro de mí.

-¿El alcalde de Tlapa, un hombre de mucha fe?

-Sí, la verdad es que sí.

-¿Le duele cuando le brinda ayuda a los habitantes de Tlapa?

-¡Jamás!!, la bondad es algo que cada quien tiene, en mi papel de alcalde de Tlapa, no me veo como el tirano que dice… ¡La ley soy yo!!

-Gilberto Solano, ¿nació para servir a los demás o para servirse de los demás?

-Usted lo ha dicho. Me encanta poder ayudar a los demás. Los cargos públicos no son para siempre, son tan efímeros como la vida misma. Hay que saber querer a la gente, ganarse ese cariño de las personas y no como un funcionario público pasajero, que a final de cuentas resulta una carga para el alma.

-¿Por qué siempre se ha manejado en un bajo perfil?

-Déjame decirte que, desde niño, he sido un tanto tímido…

-¿Tímido o reservado?

-Siempre fui un niño callado y tímido, como bien lo apuntas.

-Resultado de una estricta y hasta severa educación impartida por su padre?

-Digamos que sí. Alguien me decía que en la escuela, era donde se iba despertar ese potencial que había dentro de mi y que si lograba empatarlo con mis valores, mis decisiones serían más certeras.

-¿Cual le gustaba más… ¿La escuela de la vida o la escuela educativa?

-¡Puff!!, ¿otra vez con esas preguntas que me cimbran todito? Las dos, son de suma importancia para mí. Cuando estaba en Moyotepec me tenía que venir caminando hasta Tlapa, dentro de mi cabeza me daban vuelta los consejos que me había dado mi bisabuelo.  -Ante ese tipo de carencias momentáneas, en su casa no había televisión, ¿Qué era lo que lo mantenía atento?

-En un aparato de radio que un vecino tenía conectado a un enorme altavoz se escuchaba para todo el pueblo la señal de “La Radio de la Montaña”, le preguntaba a mi papá… “Papá, ¿Quién es esa persona que está metida dentro de esa enorme cosa que se escucha en todo el pueblo?

-La inocencia no conoce límites…

-¡Indudablemente!! Por cierto, había un maestro de primaria que se llamaba Juan Mateos, un hombre sumamente chaparrito y mi papá me decía que era él, quien estaba dentro del aparato de radio que hablaba, cantaba y hasta tocaba la música que inundaba nuestro pequeño pueblo.

-¿Le convenció lo que su papá le había revelado?

-No, por supuesto que no. Sino que ahora, quería saber a qué hora se metía el maestro Juan Mateos dentro de ese aparato y cómo le hacía. Efectivamente, era la inocencia de un niño de 6 años de edad. Gracias a ese enorme aparato de radio, todas las mañanas, podía percatarme de la hora exacta. Esa voz grave decía… ¡Son las seis de la mañana en tierra mestiza!!

-¿Qué sentía escuchar la radio?

-Como que me inyectaba ilusiones, despertaba mi curiosidad de querer saber más y más. Vamos, me abría un abanico de ilusiones y me hacia pensar en mi futuro. Cuando alguien me preguntaba ¿En dónde está la voz de la montaña? De inmediato, les respondía…. ¡En Tlapa!!

-Continuará

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