Acapulco sin precampañas políticas
Para Contar
Arturo Zárate Vite
Sería ideal que los partidos, en vez de precampañas, se pusieran de acuerdo y dispusieran de una parte de su financiamiento (10 mil 444 millones de pesos les toca en 2024) para entregarlo al rescate y reconstrucción del puerto de Acapulco, sin hacer proselitismo, solo en calidad de solidarios.
Devolverlo
a la Secretaría de Hacienda para que lo etiquete y lo haga llegar a las zonas
afectadas.
Las
precampañas fueron programadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) para
arrancar el 20 de noviembre de 2023 y terminar el 18 de enero de 2024. Es
responsabilidad de los partidos hacerlas, no son obligatorias y tampoco van a
quitarles el registro si las cancelan en Acapulco, en este caso por
justificadas causas de fuerza mayor.
Es
tal la magnitud del daño causado por el huracán Otis al puerto, que, es
imposible que se levante en un mes.
Al
puerto le urge ayuda de todos, no precampañas. Es de esperarse que los partidos
lo entiendan.
Sería
ofensivo, total falta de sensibilidad que alguno o algunos políticos o
políticas trataran de aprovechar la situación para ganarse la simpatía de la
gente, entregando despensas y materiales de construcción con su imagen. Hay
diversidad de formas de ayudar a los afectados sin que tengan que incluir el
sello partidista y sin pararse en la zona del desastre. El proselitismo en esas
condiciones sería reprobado. En Acapulco no hay ánimo para aguantar discursos
propagandísticos.
Queda
claro que por la dimensión del fenómeno a nadie se puede culpar. Ningún
meteorólogo ni científico previó que en cuestión de horas crecería a su máxima
intensidad.
Hacer
imputaciones por algo que nadie había previsto, no es lo que quieren los
acapulqueños, entienden lo sucedido.
Claman
por comida, agua, luz, telefonía y que la reconstrucción empiece cuanto antes.
En
este contexto, se volvió vergonzosa la primera reacción política. Desproporcionada,
centrada en la recriminación, a gritos, plagada de calificativos, de insultos.
Politiquería.
Nada que sirviera a los damnificados, salvo propuestas para reasignar recursos
en el presupuesto federal, aunque impregnadas de carroña, porque de antemano el
orador u oradora sabía que en el fondo la intención era llevar agua a su
molino.
El
asunto ha sido denigrar al adversario, exhibir a las autoridades por no tener
una varita mágica para resolver de inmediato los problemas provocados por Otis,
porque solo con una varita mágica, que no existe en ninguna parte, se podría
devolver a los acapulqueños la normalidad en su vida en 24 horas.
Ni
siquiera la potencia vecina, los Estados Unidos, cuando sufre la afectación de
un fenómeno natural, con saldo de cientos, miles de damnificados, puede atender
las necesidades en cuestión de horas. Está visto que la naturaleza es mucha más
poderosa que cualquier país.
Ahora,
los partidos en su conjunto, están ante la oportunidad de aportar parte de su
financiamiento al puerto.
Es
lo menos que pueden hacer.
Las
precampañas deberían cancelarlas en Acapulco, respetar el dolor, el
sufrimiento. Esperar mejores tiempos para el desarrollo de la contienda,
todavía hay otras etapas del proceso para la promoción partidista.
Destinar
parte de lo que reciben del erario para el puerto y su gente, sería racional y
plausible.
https://www.youtube.com/@arturozaratev
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