PENDIENTES, MUCHOS PENDIENTES
ROMPECABEZAS
ABEL LUNA ESPINOSA
ENTRE TANTAS ESCENAS diarias
de dolor, sangre, agresiones y balaceras, el deceso de Porfirio Muñoz Ledo de
ninguna manera pasó desapercibido y ocupó grandes espacios en la prensa nacional, sin
dudarlo por la trascendencia del personaje, como ninguno, transitó entre varios
partidos políticos, ocupó muchos cargos en la administración pública.
Principalmente porque, razón y
argumentos razonados y sustentados en su múltiple preparación, dieron a Don
Porfirio, la oportunidad de dejar callado a más de uno e sus impertinencias y
actitudes desbocados; entre ello el actual presidente de la República, con
quien llegó a enfrentarse dentro del Partido de la Revolución Democrática en
múltiples ocasiones.
Desde la memoria personal
acude la escena de una entrevista que le había pedido siendo legislador, con
una puntualidad casi inglesa -como se dice- llegó a la cafetería del Hotel Casablanca,
en la calle de Lafragua, a un costado de las oficinas de los diputados
federales.
Sin dudarlo espetó: “le
advierto que yo no me llevo bien con los O’Farril, pero si quiere le doy la
entrevista”, quien esto teclea lo aceptó, pero siempre con su característica prisa
de toda su vida el encuentro fue breve y al dar por finalizada la interlocución
tranquilamente dijo al mesero “¡oye, ahí te paga los cafés el reportero!” y me
dejó con la comanda en la mano.
Así serían miles de anécdotas entre
la prensa y Muñoz Ledo, unas picantes otras no tanto, tenía un fino sentido del
humor, agresivo en sus respuestas cuando consideraba que tenía la razón y parabólico
cuando conscientemente eludía el tema.
El guanajuatense dejó una gran
escuela entre muchos priistas e inclusive en sus últimas entrevistas dijo con
claridad que el actual gobierno se “ha vendido al narcotráfico” por eso la estela
de sangre en todo el país, desde hace varios lustros.
MIENTRAS TANTO, SIGUEN pendientes
muchas respuestas por parte de los responsables de la seguridad nacional asumiendo
lo que les corresponde conforme a las leyes y apliquen éstas y detengan el
clima de violencia que a diario nos recetan los canales de televisión, tanto
abiertos como de paga.
Entre los grandes pendientes
está la aclaración de los estudiantes muertos en Ayotzinapa, Guerrero, y puede
subrayarse -positivamente- la postura presidencial de no proteger a los
militares involucrados en esos hechos violentos.
“No era un asunto fácil, porque
había complicidades, había un pacto de silencio y se está avanzando mucho”,
afirmó Andrés Manuel López Obrador en uno de sus encuentros mañaneros con los
reporteros y con ello demuestra que la expresión de la “verdad histórica”
esgrimida por el entonces procurador Jesús Murillo Karam fue una cortina de
humo y distracción, en muchos sentidos.
Así como ha dado muchos apoyos
a los militares en su sexenio ahora será muy trascendental que antes de dejar
el poder sean sancionados los responsables no sólo de la triste noche de Ayotzinapa,
sino de todas y cada una de las tropelías y delitos que han cometido muchos
tipos de delincuentes.
APARTE DE ESTE asunto,
recordemos, siguen pendientes las aclaraciones pertinentes a los casos de
Emilio Lozoya y sus supuestos contubernios con la empresa brasileña Odebrecht,
así como los múltiples expedientes que conservó y “vendió al mejor postor” el exsecretario
de Seguridad Pública Genaro García Luna.
La gran pregunta es: ¿lograremos
ver que estos temas y las respectivas sentencias a los culpables antes de que
López Obrador se vaya a su rancho en Tabasco? O ¿Cómo ha sido la recurrente y
lamentable práctica, se recurra al expediente fácil del olvido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos dará mucho gusto nos escriba sus comentarios, siempre los tomaremos en cuenta