Claudia
y Marcelo
Para
Contar
Arturo
Zárate Vite
Al menos en las encuestas, la
competencia por la candidatura de Morena a la presidencia se ha centrado en
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Nada extraño ni sorpresivo porque desde el
arranque de la carrera, los dos tomaron la delantera sobre los otros aspirantes.
Sigue la ventaja. En la recta final se ve difícil que puedan ser alcanzados.
Nada más que las encuestas
valederas para la nominación del candidato o candidatas serán las que patrocine
el partido Morena, no las de los medios ni empresas interesadas. De cualquier
manera, son una referencia. Ya se verá si terminan por coincidir con las
oficiales.
Los dos tienen bien puesta la
camiseta guinda. Quien pierda no va a buscar otro partido, Claudia para nada ha
considerado esa posibilidad, está casada con el proyecto de la 4T. Marcelo, por
estrategia, ha soltado la versión de que no tolerará una chicaneada.
Ambos saben que se respetará
el resultado de las encuestas, porque de lo contrario se pondría en riesgo el
triunfo el próximo año.
Si Claudia perdiera el proceso
interno, para el 2024 tendría la opción de coordinar la bancada de su partido
en el Senado. Lo mismo si el derrotado es Marcelo. Ninguno planea incorporarse
al gabinete y quedar bajo las órdenes del titular del Ejecutivo, en el supuesto
de que su partido sea el ganador de la elección presidencial. Preferirían el
trabajo legislativo.
La advertencia de Marcelo va
en ese sentido, asegurarse que compita por la continuidad el mejor posicionado
en el ánimo de la sociedad, quien de verdad gane las encuestas.
Por lo que ha dicho y escrito,
Marcelo no va a traicionar al Movimiento de Regeneración Nacional. Tampoco
acabará su carrera política si las encuestas no le favorecen.
La persecución que sufrió en
el sexenio anterior, cuando con toda su familia tuvo que irse a vivir a
Francia, descartó la posibilidad de atender los llamados del bloque opositor.
La oposición se convenció de que era inútil ofrecerle la candidatura y por eso
empezó a buscar otra alternativa.
Tampoco Marcelo ha considerado
la opción de Movimiento Ciudadano. Tiene la amistad y el reconocimiento de
Dante Delgado, nada más que jamás ganaría la presidencia con las siglas MC,
porque carece de estructura nacional y la más reciente prueba de ello fue su
desistimiento para participar en los procesos del estado de México y Coahuila.
Nadie pone en duda las
cualidades políticas de Ebrard. Ha sido y es uno de los mejores cuadros del
actual grupo en el poder. Funcionó en la administración como el comodín en el
juego de cartas. Todo lo que le encargó el presidente, supo hacerlo, aunque no
fuera del ámbito diplomático. Fue más que un secretario de Relaciones
Exteriores.
Marcelo Ebrard cuenta con un
equipo que lo ha seguido y sigue en sus proyectos, gente que no dudó en
anticipar sus renuncias y ponerse a trabajar por la candidatura presidencial.
Por ese perfil y su grupo, de
no ser el candidato, tendría mayor desarrollo en el poder legislativo que en el
gabinete.
Claudia es la favorita. El
detalle es que, en política, nada es hasta que es. En la historia nacional, más
de uno ha visto desvanecer sus aspiraciones en el último momento. Parece
cantada su nominación. Solo le falta que las encuestas de su partido la den
como ganadora.
https://www.youtube.com/@arturozaratev
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