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domingo, 24 de octubre de 2021


 


En busca de la paz interior

Por Rodolfo González Sarrelangue

Especial para Grupo Páginas Poderosas

 

Una persona sin paz interior estará en guerra con el mundo entero.

Mahatma Gandhi

Uno de los padecimientos más frecuentes en esta época de pandemia es el estrés, acompañado de ansiedad y preocupaciones por el encierro forzado y la falta de herramientas para superarlo.

Es interesante el hecho de que la gente reconoce que está fuera de control y es susceptible de dejarse llevar por la ira. Lo curioso es que cuando les hablo de paz espiritual y la posibilidad de conseguirla por iniciativa propia, las respuestas frecuentes son: “no es tan fácil”, “en teoría es posible, pero en la práctica no”.

El pretexto invariable es que no tenemos tiempo para dedicarlo a la paz interior, porque nos movemos más hacia el exterior. En los cursos que he dado sobre Chi Kung, Taichi, ChinNa o Yoga, es evidente cómo llega la gente con el ceño fruncido, tensión manifiesta corporal y una justificación al ajetreo de la vida y después de una sesión les cambia el rostro y es evidente su bienestar.

En sí, no se requiere de mucho tiempo para destensarse, pero estamos acostumbrados a que la tensión se apodere de nosotros que no concebimos momentos para recuperar la paz y volver a estabilizarnos.

Entre los remedios a nuestra mano están los mudras o manejo de energía a través de las manos, la respiración, el yoga y las ásanas, entre otros. El requisito es disponerse a dedicarnos tiempo y entender que de nuestra estabilidad depende el desempeño laboral.

En general he encontrado que muchas personas tienen la compulsión a estar en movimiento e inventarse actividad para demostrar y demostrarse que tienen tanto trabajo que no disponen de tiempo para poner remedio a su estrés. A cambio, se vuelven clientes de sustancias para evitar colitis, tranquilizantes, bebidas alcohólicas, cigarro o drogas como la marihuana, pastillas y cualquier remedio externo.

Esa supuesta falta de tiempo, más por desconocimiento, lleva a la gente a justificar su malestar como un requisito de un trabajo estresante. Sin embargo, no se requiere de horas de ejercicio o de práctica para disciplinas como la yoga, la meditación, la respiración o los mudras.

El yoga activa el sistema nervioso central y se trata de posturas que comprenden la respiración, la relación y la concentración.

Incluso es tal el avance de esta disciplina que no se requiere de un lugar especial, sino que se puede poner en ´práctica en la propia oficina. Por ejemplo, puede disponer de cinco minutos en los cuales entrelaza sus manos, estira los brazos hacia arriba y los baja hacia el frente, curvando la espalda. La técnica es sencilla: inhale y estire los brazos hacia arriba, retenga su respiración unos cuatro segundos y expire con los brazos hacia el frente y curve su espalda. Haga esto unas cuatro veces.

Sugerencia adicional: visualice que cada que inhala mete energía en su cuerpo y la lleva hacia donde algo le moleste; cuando exhale, visualice que suelta lo que le hace daño.

Otro auxiliar para superar el estrés en su centro de trabajo es la meditación y tampoco requiere de mucho tiempo. Si puede tómese cinco o diez minutos para estar tranquilo y deshacerse de todo lo que genera inquietud y tensión.

Para poner en práctica la meditación, concéntrese en su respiración y en su cuerpo. Durante ese tiempo evite pensar en cualquier actividad. Solo escuche su respiración. Si le es posible, cierre los ojos e imagine que al respirar mete energía a su cuerpo, como en el yoga, y al exhalar suelta la tensión.

Con la meditación se puede poner en práctica un mudra muy sencillo que es unir las yemas de los dedos pulgar e índice y estirar los tres dedos restantes.

A reserva de que se documente más sobre yoga y meditación, si se ponen en práctica estas dos sugerencias serán benéficas para su paz interior. En consecuencia, los ataques de estrés, ansiedad y tensión disminuirán y el bienestar experimentado le convencerá de la importancia de escuchar su cuerpo y con pocos minutos que dedique a su bienestar, el rendimiento laboral también será evidente.

Recordemos que las empresas o instituciones seguirán vigentes con nosotros, sin nosotros y a pesar de nosotros. Por ello es conveniente pensar en nuestro bienestar, porque nadie lo hará por nosotros. Namasté. Yo

 


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