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jueves, 26 de agosto de 2021

 


IKIGAI O CÓMO ENCONTRAR TU RAZÓN DE SER

Por RODOLFO GONZÁLEZ SARRELANGUE

 

Cada pensamiento positivo es una oración que cambiará tu vida.

Anónimo.

Estos tiempos de pandemia han sido una oportunidad para todos de cambiar, ya sea para mejorar, empeorar o quedarnos como estábamos antes de que surgiera el COVID-19 y sus variantes.

La crisis también nos enfrentó a la soledad y se abrió la posibilidad de encontrar en ella nuestra razón de ser o Ikigai, como le llaman los japoneses.

En esta pandemia tuve oportunidad de leer un estupendo libro de Andrea Rodríguez, a quien no tengo el gusto de conocer, pero agradezco la aportación de su obra, Nueve Hábitos Japoneses que Cambiarán tu Vida

Reconozco que hace muchos años me embarqué en un viaje interior, el cual arrojó como resultado darme cuenta de que los problemas no estaban fuera, ni los demás tenían la culpa de lo que me pasaba o cómo me iba en la vida.

Desde la práctica de artes marciales, el encuentro con el yoga, tai chi, Chi Kung e incursionar en filosofía oriental, me llevó a darme cuenta que los demonios que debía enfrentar y vencer  eran los míos y no debía perder el tiempo buscando responsables afuera.

El libro de Andrea Rodríguez es uno de los elementos que comparto con ustedes para que a través de estos hábitos japoneses, de los cuales hoy trataré solo el primero, el Ikigai, podamos replantearnos nuestra razón de ser.

El término Ikigai nació en la isla japonesa de Okinawa, famosa por ser uno de los lugares más longevos de Japón y del mundo. Los habitantes de esta isla aseguran que la razón por la que viven muchos años es porque saben lo que les gusta hacer y se dedican a ello durante toda su vida.

Todo habremos enfrentado incomodidad, insatisfacción o poca motivación en lo que hemos hecho durante nuestra vida. El Ikigai puede sintetizarse como todo aquello que te motiva e impulsa cada día a levantarte y perseguir tus sueños, cuando haces lo que te gusta y enfrentas los obstáculos que se presentan a lo largo del camino.

El Ikigai se basa en cinco pilares:

1.    Empezar de a poco: cualquier cosa que tengas en mente hacer, empieza por lo pequeño, muévete por pequeños pasos y haz las cosas bien.

2.    Olvidarse de sí mismo: no actúes solo en función de las recompensas, sino que trata de dejar a un lado tu ser y experimentar el placer de dejar fluir.

3.    Armonía y sostenibilidad: búscalas y ten en cuenta que tus acciones tienen un impacto en el mundo que te rodea y en otras personas.

4.    Alegría por las cosas pequeñas: presta atención a las pequeñas cosas, a un rayo de sol que te calienta, a una tasa de café por la mañana, a la música que te gusta, al baño después de hacer ejercicio, a la paz que hay en el silencio, etc. A menudo estas son las cosas que nos hacen sentir felices y en armonía con nosotros mismos.

5.    Aprende a vivir en el aquí y ahora. El pasado ya se fue, el futuro no existe y lo único que tienes es el presente que, como su nombre lo indica, es un regalo. Quédate en el aquí y ahora. Acepta tu presente, agradece lo que tienes, deja de enfocarte en tus carencias y luego intenta mejorarlo si quieres.

¿Cómo encuentro mi Ikigai? Para encontrar tu propósito o razón de ser, debes buscar en tu interior y debes examinarte con detalle y honestidad, sin compararte con los demás, pues no eres ni mejor ni peor que nadie. Eres, y debes enfocarte en ello, lo mejor de ti mismo.

Hubo un poema llamado Desiderata, atribuido a Max Ehrmann, abogado y poeta del estado de Indiana, quien reclamó los derechos de autor en 1927, aunque existen versiones de que una copia de ese texto fue encontrada en la iglesia de San Paul, en Baltimore, y su escritura se remonta a 1692.

Sin importar la autoría o la fecha de su redacción, este poema cuyo nombre en latín se refiere a las cosas deseadas, estuvo muy de moda en la década de los 60, con el movimiento hippie y en uno de sus párrafos refiere:

“si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas mejores y peores que tú”

A grandes rasgos el Hikigai plantea encontrar un trabajo que ames, en lo que seas bueno y que sea tu principal fuente de ingresos. Se concreta en cuatro uniones:

1. Lo que amo más lo que el mundo necesita significa mi MISIÓN.

2. Lo que el mundo necesita, más aquello por lo que me pagan da por resultado la VOCACIÓN.

3. Aquello por lo que me pagan, más aquello en lo que soy bueno significa mi PROFESIÓN.

4. Aquello en lo que soy bueno, más lo que amo representa mi PASIÓN.

Cada uno de nosotros vino a este mundo con un don y un propósito y es nuestro deber descubrirlo, para esto debemos tener nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras acciones enfocados en una misma dirección. Esto no quiere decir que solo debemos desarrollar un propósito a lo largo de la vida. Nunca es tarde para hacer lo que realmente amamos. No tengas miedo a perder lo que ya has ganado, no hipoteques tu felicidad a un título, a un oficio, a un lugar que no te llena, a un trabajo que te hace la vida amargada. Solo tenemos una vida y el tiempo que se va no vuelve jamás.

Encontrar y desarrollar tu Ikigai no te garantiza que los días grises desparecerán, pero te dará la motivación y la energía necesaria para mantenerte en el camino, enfocado en tus metas.

Muévete. Algo importante te espera. Anónimo.

 


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